La Cavitación no inflama la piel tras su aplicación a diferencia de las enzimas reductoras que pueden provocar dolor leve a moderado y ardor en la zona a tratar.
La cavitación es un fenómeno mecánico generado por una alta intensidad y baja frecuencia energética. Estas ondas atraviesan los tejidos biológicos y generan cavidades o «microburbujas», las cuales crecen hasta alcanzar un tamaño que las lleva a implosionar.
Esto, además de producir el estallido de la célula, conlleva también a la rotura de las grandes moléculas que la forman, es decir, las grasas que se encuentran contenidas en los adipocitos en forma de triglicéridos. Los mismos se fraccionan en ácidos grasos y glicerol, por la acción de las enzimas lipasas.
La cavitación, además de ser una técnica que ayuda a nivel estético, se acompaña de muchos otros beneficios que están vinculados a la salud. Es un procedimiento no invasivo, que no genera dolor,el cual brinda resultados interesantes cuando se acompaña con una buena alimentación y ejercicio físico.